Dolor eterno
Palidezco si el sufre dentro de mí; dolorida, voy de su presión recóndita, y podría morir a un solo movimiento de éste a quien no veo.
Pero no creáis que únicamente estará trenzado con mis entrañas mientras lo guarde.
Cuando vaya libre por los caminos, aunque esté lejos, el viento que lo azote me rasgará las carnes y su grito pasará también por mi garganta.
¡Mi llanto y mi sonrisa comenzarán en tu rostro, hijo mío!
GABRIELA MISTRAL
¡Con esta Tierna, Alegre y Bella Imagen, de unos Papás con su Hijita!
¡Deseo un Feliz Día de la Madre: y comunico que: Por problemas técnicos, «no se van a recibir los Pensamientos, de momento, pero: Volverán cómo las golondrinas de Bécquer»! Un abrazo,
Mª Carmen
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