La insignificancia es la fuerza de la existencia, está con nosotros en todos los momentos, incluso cuando no se la quiere ver; en el horror, en las luchas sangrientas, en las peores desgracias. Se necesita con frecuencia mucho valor para reconocerla en condiciones tan dramáticas y llamarla por su nombre. Pues no se trata tan solo de reconocerla, hay que amar la insignificancia, hay que aprender a amarla. MILAN KUNDERA
Título: LA SORPRESA DE LAS AGUADAS
¡Que sea un buen martes! Cordialmente,
Mª Carmen
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